ADORACIÓN NOCTURNA DE
TORREPEROGIL
100 ANIVERSARIO
BOLETIN Nº 2 – FEBRERO 2006
Sumario
Nuestra Historia
Pregón 50 aniversario
100 años después
Desde el Capellán



Nuestra Historia
LA SECCIÓN ADORADORA NOCTURNA DE TORREPEROGIL. (2ª parte)

- LA NUEVA ANDADURA TRAS 1939
Tras la guerra civil de 1936-39, nuestra Sección adoradora no con­sigue agruparse hasta comienzos del año 1942, siendo su Director espiri­tual el párroco de la villa don Lorenzo Carie Varela, presidente don Rafael Collado Peinado, secretario don Diego Poyatos Ruiz, tesorero don Ildefonso Molina Peñuela y vocales don Nicolás Fernández Bona, don Sebas­tián Molina Caballero y jefe de turno y abanderado Don Antonio Molina Pe­ñuela, secretario de turno don Blas Caño Jiménez y adoradores don César Malo Martínez, don Andrés Aranda Molina, don Juan González González, don Antonio Molina de la Fuente, don Antonio Molina Hurtado, don Ildefonso Almazán Jimena, don Juan Ruiz Redondo, don Agapito Herreros Fernández, don Sebastián Lendínez y don Manuel Rodríguez Pérez, según noticias que he­mos podido recabar.
En aquellos tiempos de penuria, las vigilias eran costeadas por doña Adriana Martínez Martínez, doña Lutgarda y doña Catalina Malo García, do­ña Carmen Garrido Tauste y doña Elena Muñoz-Cobo y Bonilla.
La primera salida de nuestra reorganizada Sección la realiza a la her­mana Villa de Sabiote la noche del 11 de Octubre de 1944 con ocasión de la Vigilia Extraordinaria para celebrar las bodas de Plata de aquella Sección, desplazándose a pié tras de la bandera que portaba don Antonio Molina Peñuela, actos que vivió este cronista cuando acababa de cumplir los 15 años.

Ginés Torres Navarrete
Cronista Oficial de la Villa




Pregón del 50 aniversario
DISERTACIÓN DE DON LEÓN MUÑOZ-COBO

Presentamos la segunda parte del resumen del pregón.

Tuvo un recuerdo para tantos y tantos honrados adoradores que el tra­tó y conoció durante su estancia en nuestro pueblo que hubo de abando­nar para ejercer su carrera de judicatura.
Dio su emocionada gratitud por haberlo librado Dios de una muerte segura en una agresión brutal sufri­da durante la república, y que Jesús Sacramentado confortó en su lecho durante 46 días, acción brutal que acaba; perdonando.
Pide a los adoradores que permanezcan unidos a Jesús hecho alimento espiritual como arena a la ro­ca.
Para finalizar su discurso puso su enamorado corazón a las plantas de nuestra Patrona la Santí­sima Virgen de la Misericordia y agradeció a cuantas personas hicieron posibles unos actos celebrados con tanta solemnidad, pidiendo la bendi­ción a Jesús Sacramentado.

Ginés Torres Navarrete
Cronista Oficial de la Villa


100 años después
Nací en Cazorla. A los dieciocho años, un par de amigos, compa­ñeros de A. Cató1ica, a la que pertenecía como ellos, me hablaron de la Adoración Nocturna, pues también pertenecían a ella, y les acompa­ñé a una vigilia. Yo, por aquel entonces buscaba y sentía grandes deseos de conocer a Jesús. Uno de estos amigos me había dejado un libro titulado "EL DRAMA DE JESUS” que se trataba de una biografía de Jesús basada en el Evangelio. Vi que en la A.N.E. podía estar y tratar más de cerca a Jesús y me incorporé a la Sección.
Cuando me fui al servicio militar, que tocó a Melilla y allí me encontré con un sargento que era adorador. Le di a conocer que yo también lo era y me consiguió un pase para que pudiese salir del cuar­tel a celebrar mi vigilia en la Iglesia situada cerca del cuartel, así que continué con mis vigilias. Al terminar mi servicio me reincorporé a la Sección de A.N.E. de mi pueblo.
A los veintiocho años me casé con una buena mujer y Dios nos dio tres hijos
estupendos, así como e1 trabajo que nunca me faltó. A mis treinta y tres años ingresé en el Banco Popular, porque Dios así lo quiso, y hube de trasladarme a Torreperogil donde también me incorporé a la A.N.E.
Por aquel entonces el párroco era D. Francisco Callejas, muy amante de la Eucaristía. Mantenía y animaba a una sección bastan­te numerosa. Con su traslado, y el envió de nuevos sacerdotes que no simpatizaban con la A.N.E y otras cosas más, queda suspen­dida la A.N.E. en Torreperogil hasta la llegada de D. Antonio Ugarte, muy amante de la A.N.E. Nos juntamos con él un grupo de adoradores dispuestos a poner en marcha nuevamente la A.N.E. en nuestro pueblo. Citamos por carta a todos los que habían sido adoradores informándoles al respecto, y solo se presentan unos pocos, con los que formamos una sección de unos treinta adoradores. Empezamos a hacer durante algún tiempo, vigilias de ensayo. Informamos al Consejo Diocesano que nos visitó y nos dio muchos ánimos para seguir adelante. Se nombro una directiva en la que salió como presidente Antonio Cazorla (que fue un gran presidente) y a mi me nombraron tesorero.
A finales de noviembre del 92, fallece Antonio Cazorla (que d.e.p.) por lo que hay que nombrar un nuevo presidente. Nadie quiere hacerse cargo de la presidencia y temiendo que pueda suspenderse nuevamente, decido hacerme cargo de la misma. Ya cuándo murió Antonio solo quedábamos en la sección 15 adoradores. Desde entonces nos hemos ido manteniendo con la gracia de Dios, a pesar de que algunos se han ido y otros han fallecido, pero Dios ha ido reponiendo con nuevos adoradores que se han incorporado.
Entre los que se han ido han sido tres secretarios mas un cuarto que se trasladó a Úbeda. Al quedarme sin secretario le pedí al bueno de Paco (que era jefe de turno) que se hiciese cargo de la secretaria aunque fuese provisionalmente y él aceptó. Quedándose de forma definitiva, pasado algún tiempo, ha resultado ser un gran secretario, tomándolo muy en serio y desviviéndose por la sección.
En el año 1.998 celebramos la fiesta de espigas. Cuando Paco y José Antonio me dijeron que habían pedido (en la asamblea Diocesana del 96, a la que yo no pude asistir por estar enfermo) me quedé helado, pues me parecía que carecíamos de medios personales y económicos para enfren­tamos a esa empresa. Paco y José Antonio me dieron muchos ánimos y un año antes nos pusimos a plantear las cosas y empezamos a trabajar todos a una.
Llegó el día de la celebración y tuvo lugar una vigilia jamás pen­sada por mí; todo salió magníficamente bien, excepto algunos fallos que siempre surgen. De todas for­mas todo salió brillantísimo; entonces recordé el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, y vi en ello la mano providente de Dios que solo nos pide que pongamos todo lo que esté de nuestra parte y El hará en resto, y así fue.
Durante los doce años que he sido presidente de ésta Sección, varias veces he pedido ser relevado del cargo sin conseguirlo. Últimamente veía que la sección, con 14 adoradores cada vez mayores y algunos delica­dos por achaques propios de la edad, necesitaba sabia nueva, y en noviembre del año 2004 le propuse a José Antonio que me sus­tituyera y él aceptó pasando su cargo de tesorero a José Maria. Al producirse el cambio, se han fundido las dos secciones (mayores y jóvenes) en una sola, con. lo que ha conseguido una sección más numerosa, con nueva sabia e ideas nuevas que dará un nuevo vigor.
Este año se cumple el centenario de la inauguración de la A.N.E. en nuestro pueblo y queremos celebrarlo como es debido; sencillo, dando muchas gracias a Dios por éstos CIEN años de permanencia.
Ángel Tamargo Oliver
Adorador


Desde el capellán
ADORADORES: AMIGOS DE JESÚS

Me pide mi amigo José Antonio que escriba mi experiencia en la Adoración Nocturna, con motivo de la celebración del primer centenario de la creación de la misma en la Parroquia de Santa María la Mayor de Torreperogil. Al ponerme a escribir estas líneas, son tantos los recuerdos que se agolpan en mi interior, que no se como comenzar.
Tendría unos 16 años cuando el bueno de D. José Checa, por entonces párroco de esta comunidad, me invitó a participar en el recién estrenado turno de jóvenes de la ANE. Pero no me decidía, no por falta de ganas si no por mi timidez. Pasaron unos meses de esta invitación. Y, por esas cosas que hace el Señor, me invitó mi amigo Peri a participar en la misma y entonces acepté. No olvidare nunca esa primera Vigilia ante el Señor. Todo eso era nuevo para mí: el rezo de vísperas, el oficio, la oración personal, las completas. Recuerdo que durante la oración personal me dieron los "Quince minutos ante Jesús Sacramentado". Creo que hoy puedo afirmar que aquella noche fue la primera experiencia fuerte que tuve de Dios en mi vida.
A partir de ahí, deseaba que llegara el primer sábado de mes para volver a encontrarme con el Señor Eucaristía y poder escucharle. Porque si tuviera que resumir en una palabra esta experiencia, sería que el Señor me enseñó a escucharle más que yo a hablarle.
Son tan fuertes los lazos que se crean con la oración, que aquél grupo de jóvenes nos convertimos en hermanos cristianos. La Vigilia se nos quedo corta y por eso empezamos a juntarnos en otras ocasiones para tratar temas de Dios. De ese turno salió también el visitar a los ancianos en el asilo de las "Hermanitas de los Ancianos Desamparados" a quien tanto debo en mi vocación.
Pasó el tiempo y tras las Misiones Populares, que tanto bien hicieron a esta Comunidad de Torreperogil, el número de adoradores jóvenes aumentó. Después, como en todo en la vida, vinieron tiempos difíciles para este turno, pero salió a flote.
Hoy, esos jóvenes somos mayores y cada uno según la vocación que Dios le regaló, trabaja en la Iglesia en alguna parcela. Puedo decir que el Maestro se valió de ese turno, de ese encuentro en la Oración, para que algunos fuéramos al Seminario y otros encontraran su lugar dentro de la Parroquia como buenos seglares. Otros se fueron, pero siempre que nos encontramos en nosotros está ese lazo de amor que el Señor plantó en nuestros corazones.
Cómo sacerdote puedo decir que nada como la oración para enamorarse de Jesucristo, y lo digo por mi experiencia como seglar entonces y ahora como Pastor de la Comunidad de Montizón.
Animo al Turno de Torreperogil a seguir creciendo para poder celebrar otro centenario. Los mayores fueron un aliento para aquél turno, ahora nos toca a nosotros servir de estimulo para que otros jóvenes sigan mantenido este gran movimiento de oración, que tantos frutos a dado en nuestra Diócesis.
Muchas felicidades.
¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!

Sebastián Guerrero Fernández
Párroco de La Inmaculada Concepción de Montizón.

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