Adoración Nocturna de Torreperogil

Gran participación de los torreños el pasado sábado en la vigilia celebrada con motivo del I Centenario de la Adoración Nocturna
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VICENTE J. RUIZ TORREPEROGIL

En la madrugada del pasado sábado, la Sección de Adoración Nocturna de Torreperogil celebraba el primer centenario de su fundación, y lo hacía con una Vigilia en la que participó una enorme cantidad de feligreses de la localidad y también venidos de Ubeda y Villacarrillo, cuyos grupos de Adoración Nocturna habían intervenido en los actos previos que se organizaron durante todo el fin de semana.

El obispo de la diócesis, Ramón del Hoyo López, presidió la Eucaristía principal de la Vigilia, celebrada en la parroquia de Santa María La Mayor en la noche del sábado ante una masiva asistencia de feligreses. Posteriormente, ya de madrugada, se realizó la procesión del Santísimo por las calles del entorno de la parroquia que, extraordinariamente engalanadas, con una variedad de adornos, flores y motivos religiosos, sirvieron de alfombra al cortejo.

Con esta celebración, la Adoración Nocturna de Torreperogil supera sus primeros 100 años de vida en medio de una profunda renovación de la fe que desde distintos sectores de la sociedad se tiene últimamente. Se establecen criterios de si el ser cristiano está desfasado con los tiempos que corren o, por el contrario, las creencias religiosas deben estar al margen de las modas. Lo cierto es que, en este rincón de La Loma, la participación de los ciudadanos en los acontecimientos religiosos que se celebran es importante, y la comunidad católica de la localidad mantiene una presencia constante de gente joven en sus actividades.

PRÓLOGO DEL CORPUS
La Vigilia del Centenario de la Adoración Nocturna torreña ha servido, por otro lado, como un emotivo prólogo a la celebración del Corpus Christi del próximo domingo 18 en cuya procesión participarán, como es tradición, todos los niños y niñas que durante este año han recibido su 1 a comunión.

Torreperogil también se vuelca este día con una espléndida preparación de las calles por las que transcurre la procesión (cada año por un itinerario diferente), que, sobre todo cuando es por el casco antiguo, tiene un especial interés. De ahí que en esta ocasión, y por partida doble, los torreños han podido demostrar su entrega a unas celebraciones que lejos de "estar anticuadas" forman parte de la vida cotidiana.